27/12/07

IDEAS DIGNAS DE LA DGT (I): HACER LA PASCUA

De vez en cuando, bajo la denominación genérica "IDEAS DIGNAS DE LA DGT", haré propuestas que las personas sensatas quizá encuentren disparatadas, pero que a mí simplemente me parecen la pere (léase en catalán y entiéndase en castellano) y, precisamente por eso, dignas de la DGT. Ahí va la primera: "HACER LA PASCUA".

Por favor, calma. ¿A qué vienen esas sonrisas y los comentarios tipo "¡Anda éste, qué original, quiere enseñar natación a un pez!"? Ojo: lo que propongo no es hacer la pascua en el sentido clásico, sino algo también muy del gusto de la DGT: copiar medidas que hayan dado buen resultado en algún sitio —aunque su ámbito y condiciones de aplicación no sean en absoluto equiparables— y presentarlas como una panacea infalible "porque han demostrado su eficacia". ¿Y qué sitio he elegido para copiar...? Pues la Isla de Pascua.

No recabé datos oficiales (suponiendo que haya), pero durante una estancia en esa peculiar isla chilena tuve la sensación —corroborada por los nativos— de que han conseguido que apenas haya accidentes con contrario, y que para morir circulando haga falta ser enfermo terminal... o pegarse un tiro.

Maravilloso, ¿no? Pero, ¿cómo lo han logrado? Pues sospecho que semejante éxito debe mucho a dos medidas que descubrí —y me dejaron pasmado— al alquilar un coche:

1.- Valentía limitando la velocidad: Al preguntar si había límites genéricos, me dijeron que en el único núcleo urbano (Hanga Roa) y en las vías sin pavimentar, no más de 30 Km/h; y en carreteras pavimentadas, no más de 60 Km/h, aunque era mejor no pasar de 20 y 50, respectivamente. ¿Es para quedarse pasmado... o admirado? ¡Sí señor, eso es tomar decisiones valientes, no nuestras timoratas limitaciones que parecen buscar compromisos imposibles entre eficacia conseguida y disgusto provocado! ¡A ver si toma ejemplo la DGT! Y en caso de que con límites similares ‑si se adoptasen aquí‑ aún lograra matarse alguien, pues se limita a 10... o a 5 Km/h. Por nuestra seguridad, ¡lo que haga falta! Y eso sin tener en cuenta la benéfica influencia que una medida así tendría sobre la contaminación, ahora que tanto se lleva ser un concienciado y preocupado experto en cambio climático, porque si se supone que rebajar ligeramente un límite de velocidad (como han hecho en la mayor ciudad del noreste de España) reduce notablemente la contaminación, aplicar semejantes limitaciones casi convertiría el tráfico en unos juegos florales.

2.- Inexistencia de seguros: Pero cuando realmente descubrí hasta qué extremo puede llevarse la búsqueda de seguridad fue al preguntar las coberturas del seguro incluido en la tarifa básica (por cierto, bien cara), porque mientras iban pidiéndome los datos para el contrato, mantuvimos más o menos el siguiente diálogo:
—¿Seguro...? En Pascua no hay seguros.
—¿Y qué hacen cuando sufren un accidente?
—Es que aquí no hay accidentes.
—Enhorabuena; pero si tienen uno, ¿qué hacen?
—Llegar a un acuerdo, claro.
—Pues a mí eso me parece preocupante. Creo que no voy a alquilar el coche.
—¿Por qué...? No se preocupe, verá como en cuanto circule un poco, se da cuenta de que aquí nunca pasa nada.

Y entonces lo entendí: ambas medidas se complementan tan perfectamente que su eficacia es casi absoluta (conste que si digo casi es porque la prudencia aconseja evitar afirmaciones rotundas). Los pascuenses están obligados a circular tan despacio que rara vez se accidentan; si ocurre, es casi imposible que se maten; y por si la lentitud pudiese degenerar en distracción, se les estimula mediante la inquietud que produce no estar protegidos por seguro alguno. ¡Toma ya!

Luego, que sean cuatro gatos, que apenas tengan pavimentados 30 Km y que el total circulable no llegue ni de lejos a 100 Km, sólo son minucias que no hacen menos trasladable el método a nuestra red vial. Lo importante es copiar lo bueno, y si esa acertada gestión no obtiene el resultado previsto, lo procedente es atribuirlo a los de siempre: los conductores, porque nos guste o no, la verdad final es que si no condujésemos, no habría accidentes de circulación.

Simple, brillante y eficaz, ¿no? Pues ahí queda la propuesta. ¡Animo!

2 comentarios:

Su dijo...

Muy bueno como siempre...Genial la anécdota, que por otra parte dice mucho de los Pascueños. Estoy calculando cuanto tardaria de Guadalajara a Madrid a 20 por hora...y casi me compensa..., porque hay cada loco por la A-2...¡Enhorabuena! y feliz 2008.

Anónimo dijo...

¡Genial!
Maleni se va a poner la mar de contenta con tu medida, porque no va a hacer falta ningún Plan de Carreteras de su Ministerio... jajaja